La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neuro-degenerativa que se manifiesta con deterioros cognitivos y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. La enfermedad suele tener una duración media aproximada de 10-12 años, aunque esto puede variar.
Al igual que en otras patologías, la Quiropráctica puede ayudar a que el enfermo de Alzheimer tenga una mayor calidad de vida y a que desarrolle su vida con la mejor salud posible. La enfermedad transcurre por varios estadios y la Quiropráctica también puede retrasar el avance de ella aumentando la calidad del impulso electroquímico entre el cerebro y el resto del organismo. Los pacientes refieren más energía, más coordinación psicomotriz, un mejor descanso y un mejor estado de ánimo. Esto unido a otro tipo de terapias de estimulación (tratamiento psicológico, terapia ocupacional, …) harán la vida de estas personas menos dolorosa para ellas y para sus familiares. Muchos de nuestros pacientes ancianos refieren la Quiropráctica como el mejor método de prevención natural y como el mejor método para recuperar la salud perdida.
-¿Realmente una persona con Alzheimer en un estado avanzado puede beneficiarse con la Quiropráctica?
-Obviamente lo ideal sería ajustarse desde que nacemos y no esperar al último estadío de nuestra vida para hacerlo. Si encontramos un sistema nervioso en un estado de degeneración avanzado lo que podemos hacer es darle una mayor calidad de vida en la medida de lo posible a esa persona. Siempre podremos conseguir que el tiempo de vida que le quede lo haga lo más consciente posible y con la mayor libertad que le podamos dar. Nunca es tarde para comenzar con la quiropráctica. Si hay vida, puede haber cambios.